El tesoro que me robaron

Antes que nada quiero avisar que esta entrada no será como las que suelo escribir. Esta entrada será muy distina, más seria, más dolorosa, pero necesitaba expresarla de alguna manera y quizás esta sea la mejor de ellas ya que este blog es como mi pequeño rincón donde puedo expresar lo que a veces no puedo gritar a los 4 vientos.

Toda mi vida he sido un poco soñador, he sido demasiado sensible y me ha costado mucho enfrentarme a los problemas sin una mano que me pudiera guiar. Una de esas manos que me ayudaba, aquella voz que me daba consejos y me hacía reir se ha marchado de mi vida para siempre.

Me acuerdo cuando sentado en el sofá me explicabas como de joven con tu gorro de paja y acompañado con tu hermano con su bandurria conquistaste el corazón de la chica más guapa que habías visto nunca (mi abuela).
Que tuvisteis que emigrar a Suiza como hicieron muchos Españoles en busca de algo mejor . Sin saber el idioma y con una maleta partisteis con un gran dolor en tu pecho por dejar la tierra que amabais. Como olvidar tus historias de cuando viviste en Huelma al lado del bar Sol  y de que tu gata saltaba por la ventana , aquella casa que hasta en tu último adiós a tus 91 años querías regresar.

Aquellos veranos en la costa catalana contigo eran y serán imborrables, cuando te anudabas un pañuelo a la cabeza, cogías a tus tres nietos y como el abuelo más feliz del mundo nos decías de recorrer la montaña y allí nos inflábamos a comer moras. Siempre tenías alguna historieta como que en las casetas pequeñas de la luz vivían los gnomos del bosque y si queríamos hablar con ellos teníamos que dar tres golpecitos al tejado de la caseta. Ningún gnomo salió nunca pero nunca perdimos la esperanza.
 
Pasaste la Guerra Civil sin apenas que comer, escuchando gritos, viendo cosas que ningun ser humano tendria que ver jamás, así durante 3 años. A pesar de todo el peor enemigo es el que llega sin avisar, ese enemigo que no puedes ver y que te ataca sin que nadie sepa bien como combatirlo.

Vivir este adiós ha sido muy angustioso, mas que nada porque no te he podido dar ese adios que te merecías , no pude darte un último abrazo, siento como si intentas abrazar a alguien pero en el momento que os vais a rodear con los brazos alguien tira de vosotros y nunca acaba efectuarse.

Me acuerdo unas frases que me dijo un primo poco después de perder a su abuelo: Aprovecha y ve a verlo todo lo que puedas, escuchalo, háblale, abrazale ya que tu aun puedes. Esas palabras hoy en día me pesan mucho, las tengo marcadas a fuego en el pecho ya que si, lo cumplí pero parece que todo lo que hice fue poco.

Hoy aún tengo la sensacion de que aún estas vivo, miro el reloj y cuando dan las 16:00h quiero coger el rosco de azúcar que tanto te gustaban , coger el autobús e ir a verte y encontrarte allí en la planta 2 de la residecia echandome la bronca por llegar tan tarde pero la bronca te duraba bien poco al ver a su Paula ( mi hermana).

Cada letra que escribo duele más que la anterior ya que voy recordando momentos felices junto a ti que se que nunca se volveran a repetir pero los tengo bien presentes. No se bien bien como ir finalizando este post solamente puedo decirte: Te quiero y quiero que sepas que estes donde estes tienes que estar bien orgulloso del padrazo que llegaste a ser, del abuelo que fuiste y por ser como fuiste hasta el ultimo momento que todo el mundo tenía palabras bonitas para ti.


Te quiero Papa Felipe